¿Es una EDAR una fábrica de agua?
Con motivo del resurgir de la necesidad de reutilizar las aguas residuales regeneradas está volviendo un mantra cuyo daño a la depuración de aguas residuales ha sido y es demoledor.
El mantra es: Una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) es una fábrica de aguas.
Con este mantra:
1) Cuando se planifica una EDAR:
- Solo se habla del agua residual.
- Lo que importa es la línea de agua.
- Los costes de operación ni se mencionan.
2) Cuando se diseña:
- Se diseña muy bien los procesos de depuración de la línea de agua 8tratamiento primario y especialmente el tratamiento biológico).
- Se minimizan la producción de fangos y se infradimensiona la línea de fangos.
3) Cuando se construye:
- Los equipos y los volúmenes de la línea de agua no se toca.
- Se rebaja la producción de fangos.
- Se sobrevaloran las prestaciones de los equipos de la línea de fangos: especialmente los equipos de deshidratación.
4) Cuando se opera:
- Solo se controla el agua depurada (en el mejor de los casos con doce analíticas anuales).
- Los controles analíticos de agua son muy caros.
- Se abona el servicio por m3 de agua depurada.
El resultado ya lo sabemos:
- Ríos que no mejoran.
- EDAR paradas.
- EDAR con olores.
¿Qué pasaría si la EDAR se concibiese como una fábrica de biosólidos?:
1) Cuando se planifica una EDAR:
- Lo primero que se hablaría sería de la producción de fangos (Cuantos disgustos ahorraríamos a los alcaldes que se enteran cuando la EDAR se pone en marcha).
- Lo que importa es la línea de fangos.
- Los costes de operación, como consecuencia de los costes de disposición de los fangos, empiezan a preguntarse.
2) Cuando se diseña:
- Lo importante es garantizar que la EDAR tiene capacidad para evacuar los fangos que ha generado la línea de agua.
- Se realiza una estimación adecuada sobre la producción de fangos en función de las cargas contaminantes.
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