Tendencias del consumo de agua tras la COVID-19
Un articulo de Arturo Albaladejo
La pandemia producida por el coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) está generando en la sociedad unos efectos devastadores en la salud, en la movilidad de las personas, en la cadena de suministro y, por supuesto, en el ámbito económico y social.
Los efectos sanitarios están siendo los socialmente más preocupantes debido al gran número de infectados (sintomáticos y asintomáticos), a la cantidad de ingresados en UCIs de hospitales, y al número directo e indirecto de muertos. No obstante, estos alarmantes efectos se están mitigando poco a poco, como se puede ver en la esperanzadora evolución del número de recuperados, aunque sean con más o menos secuelas físicas y psíquicas.
A todo ello ha habido que sumar que el confinamiento ha ocasionado cambios en los usos y costumbres de la población, como ha sido en la hora de levantarse y de acostarse, en la hora de comer, e incluso en la hora de ir al aseo y ducharse. Además, se han generado contratiempos por las restricciones horarias y de aforo en la calle y en los locales, e incluso se han producido problemas en la movilidad de las personas, los vehículos y las mercancías. Todo esto ha generado dificultades en la cadena de suministro, no solo de EPIs, respiradores y medicamentos, sino también de alimentos, materiales y productos. En consecuencia, ha habido una desactivación generalizada de la economía que ha provocado un descenso de ingresos por el cierre temporal de empresas que, junto con la desconfianza e incertidumbre, producirá que esos cierres temporales de empresas se transformarán en algunos casos en definitivos, lo que conllevará una previsible crisis económica y de empleo.
Desde el punto de vista del abastecimiento y saneamiento del agua, los efectos no han sido tan importantes como en otros sectores, ya que no se ha parado de trabajar porque es un servicio esencial, aunque sí que se han sufrido consecuencias sanitarias en los propios empleados, consecuencias de movilidad al trabajo y en el trabajo, consecuencias en la cadena de suministro y consecuencias en la propia operación del trabajo por las restricciones antes mencionadas y por los problemas de cobro y atención a los usuarios a pesar de haberse incentivado la teleasistencia.
No obstante, la consecuencia más destacable de la pandemia en el sector del agua es el cambio que se ha producido en el consumo de agua.