El suelo repele el agua hasta cuatro años después de un incendio forestal
Expertos de la US alertan de que después de un incendio forestal, la cubierta vegetal desaparece o se reduce drásticamente. Esto provoca que el suelo quede sin protección frente a la lluvia lo que incrementa el riesgo de erosión del suelo. Este trabajo de la Universidad de Sevilla ha sido galardonado con el Premio al Mejor Póster que otorga la División de Ciencias del Suelo de la Unión Europea de Geociencias.
Un estudio llevado a cabo en el área forestal de la Sierra de Sevilla por expertos de la Universidad de Sevilla y la Universidad Miguel Hernández, con la colaboración de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Morelia, México), pone de manifiesto que incluso incendios de poca severidad son capaces de inducir hidrofobicidad en el suelo y que esta situación puede mantenerse durante varios años después. Cuando ocurre esto, la restauración natural de la vegetación y la recuperación de las propiedades iniciales del suelo son más difíciles.
En el caso del área forestal de la Sierra de Sevilla, la hidrofobicidad se redujo progresivamente hasta recuperar las condiciones iniciales 4 años después del incendio. Durante este tiempo, los horizontes inferiores del suelo permanecieron prácticamente secos a pesar de las abundantes lluvias. Este hecho ha dificultado enormemente la recuperación natural de la vegetación, que cuatro años después del fuego no se ha recuperado en absoluto.
La hidrofobicidad del suelo limita la infiltración del agua. De este modo, cuando llegan las primeras lluvias del otoño, la formación de escorrentía y el riesgo de erosión aumentan significativamente. Además, en estos casos, el agua sólo puede penetrar en el suelo a través de grietas o macroporos en la superficie del suelo, produciendo vías de flujo preferencial.