Más que una balsa, un colador
Un total de 9.902 incidencias se han encontrado a lo largo de toda la lámina de la balsa de La Caldereta, después de los estudios realizados por el Consejo Insular de Aguas y una consultoría de ingeniería externa al Cabildo, a cuyo informe sobre el estado de la misma ha tenido acceso este periódico. Daños de distinta gravedad en la superficie que impermeabiliza esta infraestructura, que se distribuyen en punzamientos leves (7.098); graves (1.919);parches (783), y roturas (102). La situación es desoladora. Una balsa, creada para el servicio de riego en Fuencaliente, que se llenó por primera vez en diciembre de 2012 y solo un año después ya se observaron los primeros problemas de escape de agua debido al mal estado de la lámina que impemeabiliza el vaso y que finalmente tuvo que ser vaciada por completo.
Pese a que el Cabildo tiene previsto comenzar su llenado próximamente, con carácter provisional y de forma limitada, tras la realización de una serie de tareas iniciales, en las que ya han invertido más de 152.000 euros, y que han incluido el parcheado de 199 puntos donde existían roturas o punzamientos graves, la cifra que manejan para poder rehabilitarla con todas las garantías se dispara hasta los 900.000 euros, que habrá que sumar a los 3,5 millones que costó esta infraestructura.
El informe es claro en este sentido e indica que “todo este conjunto de situaciones detectadas en el estado de las obras no se solventa definitivamente con el parche de estos más de 9.000 puntos de incidencia, ya que seguirán surgiendo más en el futuro, no solo debido a la continua caída de piedras desde la ladera este, sino además por la progresiva retirada del material fino dispuesto bajo el geotextil”.
El estudio sugiere, después del análisis del estado de la balsa, llevar a cabo “una correcta ejecución del movimiento de tierra, un cuidado refino del talud interior mediante la colocación de un material adecuado y convenientemente compactado, así como las correspondientes labores de estabilización de la ladera natural situada al este”. Todas estas obras son las que estiman las fuentes consultadas por este periódico que pueden acercarse al millón de euros, una cifra que sobrepasa con mucho las posibilidades de intervención de la Administración insular.
En el análisis de las incidencias, concretan que hay algún parche despegado en la balsa, que suponía un punto importante de pérdida de agua, bajo el que han encontrado piedras punzantes, sin ni siquiera haberse llevado a cabo la retirada de este elemento en el momento en el que se efectuó la reparación.
LA LADERA
Además, destacan la existencia de nuevas roturas en la parte este de la lámina provocadas por la caída reciente de piedras, lo que “pone de manifiesto que las medidas de estabilización y protección del talud llevadas a cabo a raíz de la construcción de la balsa fueron insuficientes, por lo que seguirán produciéndose en el futuro”. De ahí que concluyan la necesidad realizar “una actuación integral” que garantice la estabilidad de esta ladera y no se produzcan desprendimientos que dañe la base.
Este fue uno de los puntos conflictivos cuando se aprobó el proyecto de la balsa de La Caldereta y del que advirtió de su peligrosidad en su momento el actual consejero de Aguas y vicepresidente del Cabildo, Carlos Cabrera, entonces portavoz en la oposición del Partido Popular, exponiendo la necesidad de buscar una ubicación alternativa por el riesgo de desprendimientos de la ladera que dañaran la balsa, como finalmente así parece que ha sucedido, entre otras causas.
La consultoría también ha detectado la presencia de piedras angulosas, algunas de ellas de unos 40 centímetros de diámetro, bajo el “conjunto geotextil-geomenbrana”, al lado contrario del talud, es decir que no llegaron allí por los desprendimientos. El informe considera“inexplicable” su existencia en el terraplén del dique, “donde el tamaño del material granular que era posible emplear no debía sobrepasar los 10 centímetros de diámetro, sino también en la capa de refino de talud, en contacto directo con el conjunto geotextil – lámina, donde el material debe estar carente piezas de más de 8 centímetros”. Una situación que “deja en evidencia la deficiente ejecución de la obra en estas unidades de terraplenado y refino del dique de la balsa”.
Desde el Cabildo han reiterado en diversas ocasiones que no cuenta en estos momentos con los fondos para la realización la reparación integral de esta balsa, cuya historia empieza a parecerse o incluso supera ya, a la de La Laguna de Barlovento, marcada también por los problemas que ha ocasionado su gestión. Además está la cuestión de la responsabilidad sobre el estado de la misma, para la que la empresa constructora dejó una fianza pero que no cubre la reparación.
Fuente: http://lapalma.diariodeavisos.com