Los cultivos consumen más de la mitad del suministro de agua de Canarias
El cambio climático y la explotación ponen en jaque los recursos hídricos del Archipiélago
El cambio climático va a poner en jaque el suministro de agua en Canarias. Como territorio fragmentado y lejano al continente, las Islas se enfrentan a un futuro de escasez de uno de los recursos más importantes de la supervivencia humana: el agua. En el foco se encuentran el plátano, la piña, aguacates y otros cultivos, que se llevan consigo más de la mitad del agua de suministro del Archipiélago. La alternativa, por el momento, pasa por desalinizar el agua del mar que rodea las Islas. Sin embargo, las tecnologías utilizadas actualmente son costosas y dependientes del mercado exterior. Se trata, por tanto, de una carrera por una supervivencia en la que las manecillas del reloj no se detienen, pues la falta e irregularidad de las precipitaciones, la subida del nivel del mar y la mayor ocurrencia de fenómenos meteorológicos adversos –cada vez más acuciantes por el cambio climático– chocan de frente con las necesidades de recursos hídricos presentes y futuras de la población.
Canarias y Baleares son los lugares más vulnerables a la falta de agua del país, y así lo deja constatado un reciente informe titulado Los procesos de planificación hidrológica en la península ibérica e islas en un contexto de cambio climático editado por el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes en colaboración con la Universidad de La Laguna (ULL). El informe se presentó ayer en el contexto del Día mundial del Agua, en el que Naciones Unidas recordó que para 2040, se proyecta que la demanda mundial de energía aumente en más del 25%, mientras que la de agua se incrementará en más del 50%. Cuando el suministro de agua depende en un 60,5% de las aguas subterráneas –aumentando hasta del 80 y el 90% en islas como Tenerife o La Palma–, Canarias debe hacer frente a la búsqueda de una alternativa para evitar que en las próximas décadas estos manantiales de interior acaben agotados. En los últimos años, Canarias ha logrado parchear las crecientes necesidades en agua para los diferentes usos, complementando las aguas subterráneas y las escasas aguas superficiales almacenadas en embalses mediante la desalinización del agua de mar, que “está salvando y complementando en la oferta insular de agua a los sobreexplotados acuíferos”, concluye el ingeniero de la ULL y coautor de este informe, Juan Carlos Santamarta Cerezal. Sin embargo, como asevera Santamarta, esta tecnología es “costosa”, al depender un 90% de las energías fósiles, y “vulnerable”, al estar ligado al “estado geopolítico” “La clave para Canarias es proteger y hacer un uso sostenible de los acuíferos y apoyar la desalinización mediante energías renovables, como la solar, la eólica e, incluso, la maremotriz en un futuro”, indica.