POR LAS SENDAS DEL AGUA EN LA OROTAVA
LA OROTAVA SOSTENIBLE
Isidoro Sánchez – Hydro – Orotava
Tengo claro que el Agua en la Orotava es el alma del paisaje. Desde el mar Atlántico, en El Rincón, hasta la Cueva del Hielo, en el volcán del Teide, por encima de los tres mil metros s.n.m. Ya lo comenté en el Ayuntamiento de La Orotava cuando le hicimos un homenaje a los Mineros del Agua. A los que trabajaron en los nacientes, en las galerías y en los pozos. Tomé la cita al leer lo que escribió don Miguel de Unamuno y lo que me dijo hace unos años el historiador orotavense Rodríguez Mesa cuando fuimos a consultarle algunas cuestiones sobre las relaciones de la Villa con el agua para escribir el libro LA OROTAVA ENERGÉTICA. Coincidimos a la hora de valorar que la historia de La Orotava se escribe con agua. Me vino de anillo al dedo cuando escuché al ingeniero de minas, Rafael Lario, decir que el agua era la sangre en Canarias. También me acordé de la definición que en los años cincuenta del siglo XX, el profesor de Derecho de la Universidad de La Laguna,don Felipe González Vicen, dio al paisaje: “Un cúmulo de historias”. Y eso fue lo que pudimos comprobar hace poco cuando nos acercamos a la costa del municipio de La Orotava para enseñarle una vez más al amigo hispano peruano, Méndez Guerrero, el barranco de la Arena, que baja de la cuenca hidrográfica de Aguamansa hasta el mar Atlántico. Curiosamente hace unos años había tomado una foto global del gradiente El Rincón-Teide, cuando publicamos el libro LA OROTAVA, DESDE EL MAR HASTA EL CIELO. Me recordé entonces uno de los haikus que Mario Benedetti había escrito en OTRO RINCÓN,que dice: Con las lágrimas/se forman los arroyos/ más transparentes.
Mirando hacia el sur pudimos ver el abanico geológico de la cumbre dorsal de Pedro Gil, donde se ubica Izaña, de las laderas de Tamaide y Tigaiga, y la majestuosidad del Teide. El grupo canario le contó y explicó la importancia antropológica del valle de Taoro, de cuando los guanches de la época de Benchomo y Bentor, siglo XV, usaban con sus ganados, las vías pecuarias que unían el valle con el sur de la isla, a través del camino de Chasna y del camino de Candelaria. Subimos desde El Rincón hasta la Charca de los Ascanio, con un tremendo salto de agua, después de pasar por la planta embotelladora de agua mineral natural Fonteide y por la bocamina de la galería El Mundo; luego continuamos a La Florida por el camino de Los Gómez, lleno de guachinches, y seguimos a Pinolere, que preparaba la feria del Queso en su parque etnográfico; por el camino de Los Cominos alcanzamos la zona de Mamio y contemplamos la balsa de Aguamansa en el vértice de los barrancos de La Arena y de la Madre del Agua.Después de saludar a una pareja muy especial del mundo rural orotavense, Ángel y Frasca, seguimos nuestra excursión por una finca singular de Mamio, a cota de mil metros, donde abundan las rosas silvestres y otros atributos de la naturaleza canaria.Y de pronto, se oye el silencio, como le gustaba decir a José Hierro.Hablamos de las nubes y de los ecosistemas. De la nieve y de la lluvia, de la precipitación horizontal y del Garoé herreño, y de sus aplicaciones universales. De Humboldt y de Meyer, del Perú, del Teide y del Kilimanjaro. Asimismo de los cien años del observatorio meteorológico de Izaña y de la importancia de los senderos del valle, así como del papel del agua al vincular La Orotava con su Patrimonio Cultural, de manera particular con los Molinos de Gofio y el trazado urbanístico.
Subimos luego hasta la Aguamansa profunda, Los Órganos,pasamos cerca de los secos 50 chorros de la galería El Moral y nos acercamos hasta la Casa de la Madre del Agua junto a la pista de Mamio, en el borde de la Corona Forestal. No pudimos dejar de contarle al amigo Méndez el papel desempeñado por las aguas de los nacientes del Heredamiento en las fincas agrícolas del valle y en la planta vieja de Hacienda Perdida, que alumbró La Orotava en 1894 por iniciativa de Ruiz Aguilar. Observamos a muchos caminantes por las rutas del agua y constatamos una vez más la calidad paisajística de los ecosistemas agrarios y forestales de la zona. Evocamos los pisos de vegetación de Humboldt y la definición que su paisano, el geógrafo Hans Meyer, dio a las aguas salvajes que se amansaban al pie de la cuenca, al bajar por los barrancos.No podía faltar la referencia al agua de la galería de Salto de los Helechos alumbrada en el barranco del Infierno que alimentó la planta hidroeléctrica municipal de La Abejera a mitad del siglo XX. Al terminar el recorrido,el grupo participó en un simposio familiar muy animado y surgió la pregunta: ¿Qué cosa es el Agua? Acudí a la definición que dejó plasmada la Unión Europea en la Directiva Marco del año 2000 y les comenté:El agua no es un producto comercial cualquiera sino, más bien, una herencia que debe ser protegida, defendida y tratada como tal.Como tenemos la obligación de cumplir con ella, una manera de hacerla es caminando por las sendas del agua en La Orotava, y conocer su historia. ¡Vale la pena!
Fuente: Hydro-Orotava