Las Palmas de Gran Canaria programa invertir 660 millones para alcanzar el vertido 0
Modernizar las redes de abastecimiento y saneamiento, construir una nueva desaladora que elimine la dependencia de un único punto de suministro y una depuradora que descongestione la actual, garantizar el suministro de agua potable al total de la población o evitar futuras inundaciones en episodios de lluvias torrenciales. Estos son algunos de los objetivos que plantea el Plan Estratégico de Infraestructuras Hidráulicas, presentado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Empresa Mixta de Agua de Las Palmas (EMALSA).
El proyecto prevé un centenar de actuaciones a lo largo de la próxima década, entre ellas la mejora y ampliación de las actuales redes en más de 1.000 kilómetros, además de 52 grandes nuevas infraestructuras y la mejora de todas las actuales. Para ello, será precisa la inversión de 660 millones de euros, que el Ayuntamiento de Las Palmas espera obtener de los fondos europeos para la recuperación.
En una ciudad en la que el 85% del agua distribuida procede de la desalación, se hace imprescindible contar con más de una fuente de suministro. Por ello se plantea la construcción de una segunda desaladora en el norte de la ciudad con un doble objetivo: por un lado, complementar la actual, duplicando su producción, pero, sobre todo, garantizar que cualquiera de las dos sea capaz de suministrar agua a toda la ciudad por separado, en el caso de que alguna de ellas sufriera algún tipo de problema o incidencia, como por ejemplo un vertido al mar procedente de algún barco. Con esta versatilidad que aporta la segunda desaladora se consigue eliminar la actual criticidad que supone el depender de una única fuente de suministro de agua desalada.
Esta actuación se complementará con la construcción de ocho nuevos depósitos de agua, además de ampliar y adecuar nueve ya existentes, para incrementar la capacidad de regulación en la ciudad hasta los 700.000 metros cúbicos, 200.000 más que la actual.