La subida del nivel del mar amenaza con contaminar con agua salada los acuíferos de las zonas más secas de España
Los depósitos costeros españoles son especialmente vulnerables a la invasión del mar por la sobreexplotación impuesta por el desarrollo turístico y del regadío
Un artículo de Raúl Rejón
La subida del nivel del mar provocada por el calentamiento de la Tierra multiplica el riesgo de que el agua salada contamine los especialmente vulnerables acuíferos costeros españoles, sobreexplotados por el regadío y la presión turística. La intrusión marina en los depósitos de agua dulce convierte el líquido en inservible para beber o para regar.
En España hay 95 acuíferos costeros y más de la mitad ya presentan niveles de intrusión marina, un fenómeno creciente según el último informe de la ONU sobre el impacto del cambio climático en los océanos. La lista abarca desde los depósitos naturales del Muga y el Fluviá en Girona hasta el de Ayamonte en Huelva, pasando por depósitos de todas las provincias del Levante, Granada, Málaga o Cádiz.
En todos los acuíferos conectados al mar hay un equilibrio entre el agua dulce y la salada, que se infiltra y queda por debajo, al ser más densa. Al romperse este equilibrio, el agua salada avanza y contamina la dulce. Cuánta más agua se extrae del acuífero más baja su nivel, lo que provoca que el agua salada avance más por el subsuelo hasta las masas subterráneas. Los expertos han constatado que el nivel de los océanos por la crisis climática se eleva acelerada e irremediablemente. La combinación es nefasta.
De esta manera, la sobrexplotación de los acuíferos para abastecer grandes áreas de regadío y la industria de turismo en el litoral español empeora la situación. No menos de 60 acuíferos costeros en España presentan problemas de sobreexplotación, lo que les hace más vulnerables a una invasión del mar impulsada por el crecimiento del nivel oceánico. La mayoría están en la línea de costa y superpuestos a áreas de regadío, según se ve en los datos del Plan Nacional de Regadíos del Ministerio de Agricultura.
La presión sobre los recursos hídricos en la zona costera española es muy alta. Aproximadamente la mitad de la población se asienta en zonas del litoral aunque supone un 8,8% de la superficie del país. En la línea de costa mediterránea, por ejemplo, se suceden áreas con densidad de población en torno a los 200 habitantes por km2 –la media española está en unos 93 hab/km2–. Además, el desarrollo de la industria turística hace que unos 80 millones de personas pasen por la costa cada año.
Además, la industria del regadío intensivo ha multiplicado sus hectáreas en el litoral. Desde la provincia de Huelva hasta Cataluña, pasando por todo el Levante. También en las islas Baleares y Canarias. Aunque la mayor parte del consumo se realice sobre las aguas superficiales, una buena porción de esas hectáreas de explotación en régimen de regadío se asientan sobre acuíferos con problemas de sobreexplotación, según certifica el Plan Nacional de Regadíos. El 80% del agua en España es consumida por la agricultura.