La desertificación en España agrava la vulnerabilidad frente a la emergencia climática
17 junio de 2020: Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía
Entre el 75% y el 80% de España está en riesgo de convertirse en desierto a lo largo de este siglo, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Con este preocupante dato celebra España mañana el Día Mundial de lucha contra la Desertificación y la Sequía, dos fenómenos diferentes pero íntimamente relacionados por la acción que el ser humano ha provocado en su entorno. Y dos fenómenos que se agravarán en un futuro cercano, como consecuencia del cambio climático, si no hacemos algo antes para mitigarlo.
La desertificación es la degradación de las tierras de zonas áridas y semiáridas causadas por las variaciones climáticas y las actividades humanas. La sequía se produce cuando las lluvias son inferiores a los niveles normales, causando una grave falta de agua. La sequía se produce en periodos de corto o de medio plazo, mientras que la desertificación, es un fenómeno a largo plazo.
Ambos fenómenos, además de tener efectos devastadores para el medio ambiente y la biodiversidad, pueden tener graves consecuencias sociales y económicas (obliga a la población a abandonar las zonas afectadas, genera pobreza, problemas de salud…). El riesgo de desertificación y sequía es especialmente grave en el sur de Portugal, España y el sur de Italia, el sureste de Grecia, Malta, Chipre y las zonas ribereñas del mar Negro en Bulgaria y Rumanía (1).
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