Inmaculada Ortiz Uribe: “Sin agua no podríamos vivir ni tres días”
“Sin sol el ser humano podría vivir unos pocos meses. Sin dormir, podría aguantar unas pocas semanas. Sin agua no podríamos vivir ni tres días”. Así de rotunda fue ayer Inmaculada Ortiz Uribe, catedrática en Ingeniería Química de la Universidad de Cantabria, durante la conferencia que ofreció en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. “En ciudades como Oviedo o Santander no vemos la escasez de agua como un problema, pero hay una gran desigualdad en la accesibilidad a este compuesto, que es indispensable para nuestra vida”. Por eso, afirma que el reto está en garantizar un agua de calidad en el futuro, teniendo en cuenta que es una labor bastante complicada.
“Hasta la Revolución Industrial en el mundo había una producción constante, pero a partir de ella se disparó, además del crecimiento exponencial que sufrió la población. Cada vez somos más, superamos los 7.000 millones de habitantes en el mundo, y los recursos son los mismos”, afirmó. En la charla, enmarcada en el ciclo para la promoción de la cultura científica y tecnológica que organiza la facultad de Química de la Universidad de Oviedo, la catedrática explicó que el agua “es un compuesto muy abundante en el planeta, pero la mayor parte de ella es salada, está en los océanos, y para la vida necesitamos agua dulce”. Además, añadió que de ese pequeño porcentaje de agua dulce que existe en el planeta, “el 70% es hielo o es subterránea. Solo un 1% es agua dulce y superficial, que es la que históricamente ha sido captada por la humanidad para sus distintos usos”. Según las estadísticas, una persona necesita un promedio de 1.250 metros cúbicos de agua al año para cubrir sus necesidades. “Con los recursos actuales y teniendo en cuenta que el agua cada vez vuelve peor a la naturaleza, las previsiones apuntan a que gran parte del planeta estará en situación de escasez de agua en 2025”. Por eso, señaló alguno de los procesos, como la desalación o la reutilización, como buenas opciones de futuro.
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