Fuerteventura afronta su planificación hidrológica con 11.000 personas sin saneamiento
El Consorcio no recupera uno de cada cuatro euros de los que se invierten para dar el servicio, los vecinos soportan frecuentes cortes de agua y el Gobierno no prevé obras por falta de proyectos
“Ante la dependencia exterior, el impacto ambiental y el manifiesto margen de mejora existente a lo largo de las distintas etapas involucradas en la utilización del agua en la mayoría de sus usos, se pone de relieve que la eficiencia en el aprovechamiento debe ser una obligación y es un elemento insoslayable para alcanzar el equilibrio hidráulico o el autoabastecimiento hidráulico, o al menos la situación más cercana al mismo”, se dice en el esquema del Estudio de temas importantes de la Demarcación Hidrográfica de Fuerteventura.
El documento deja claro que hay que ponerse manos a la obra para mejorar todo el ciclo integral del agua, desde la producción hasta la distribución, pero sobre todo los costes, tanto económicos como ambientales.
En un estudio comparativo que realizó el Consorcio insular de aguas de Lanzarote se revelaba que el coste del agua que ofrece ese consorcio es menor en todos los tramos (entre cinco y cuarenta metros cúbicos) que el del Consorcio de Fuerteventura y que el agua es “especialmente cara en aquellos municipios donde los ayuntamientos turísticos han dispersado las concesiones y no se gestiona el agua bajo el consorcio insular”.
Los municipios turísticos, como Pájara y La Oliva, escindieron en su día la parte más rentable del abasto, que son los hoteles. Los hogares en Fuerteventura consumen 236 litros por habitante y día. Cada plaza turística ocupada ejerce una presión de 361 litros, pero el consumo es mucho mayor en el sector turístico porque se calcula un gasto de 1.088 litros al día por cada uno de los empleados en esta actividad.
Un problema relacionado íntimamente con los costes es el de las pérdidas en almacenamiento y las redes de distribución derivadas del mal estado de los depósitos y las propias redes. Las actuaciones previstas no mejoran mucho este panorama, ya que se prevé reducir en un horizonte de ocho años las pérdidas en sólo un 15 por ciento.
Se sabe que el estado de las redes es malo por los datos, pero no se sabe su situación real, ya que ningún ayuntamiento contestó en 2016 a la encuesta sobre infraestructuras y equipamientos locales, realizada por el Ministerio de Política Territorial y Función Pública.
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