Estado Islámico y el control del agua como estrategia
Como una mancha de petróleo en el mar, la influencia de Estado Islámico se ha ido extendiendo por varios territorios de Siria e Irak. La inestabilidad de estos dos países, afectados por varios conflictos armados, ha provocado el arraigo y la extensión de un grupo terrorista que existe desde 2003. Su estrategia ha consistido en recurrir a la interpretación más literal y ortodoxa del Islam, pero este retroceso en el tiempo se ha combinado con el uso de técnicas modernas como la propaganda a través de las redes sociales, la creación de producciones audiovisuales para recrear sus atrocidades y un sistema muy efectivo para reclutar soldados que se unan a la causa y que puedan actuar en cualquier lugar del mundo. Su estrategia no sólo se ha basado en mostrar sus atrocidades contra el patrimonio histórico de Petra o Niniveh, sino también en controlar los recursos hídricos en una de las zonas más áridas del planeta. Son conocedores que controlar un recurso básico les puede dar una ventaja crucial.
Turquía aprovecha el 30 % del Éufrates, mientras que Siria se abastece del 85 % e Irak del 100 %
Dos ríos con larga historia
El territorio donde se asienta la influencia de Estado Islámico coincide con las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates, dos cursos fluviales que fueron cruciales en el desarrollo de Babilonia. Estos dos cursos fluviales acostumbran a incrementar su caudal debido a las lluvias entre abril y mayo, mientras que en el resto del año hay una gran variabilidad en las aportaciones, sobre todo en sus cabeceras en el norte de Irak y Turquía (ver mapa, cuya fuente se puede consultar aquí).
Las 3 principales presas
En Irak, las presas de Mosul, Falujah, i Haditha (o Qadasiyah) son las más importantes, ya que permiten gestionar las posibles avenidas, dosificar la irrigación y también generar energía eléctrica. Precisamente la primera, la de Mosul, es la principal generadora de energía eléctrica en Irak. Según la BBC, a finales de 2015 el califato controlaba seis presas en Siria e Irak.
Según Patrick Keys, un experto en seguridad hídrica y realizando doctorado en el, Stockholm Resilience Centre, considera que las principales amenazas de los recursos hídricos en el territorio controlado por Estado Islámico pueden pasar por la construcción de nuevas presas para retener más agua, destruir algunas existentes y generar inundaciones agua abajo, contaminar y envenenar el agua para los ciudadanos agua abajo, entre muchas otras amenazas. Precisamente, para frenar el avance de las tropas adversarias, dejaban sin agua a las zonas del sur. Según varios medios, la presa de Mosul se encuentra actualmente en una situación crítica, por asentarse sobre un lecho soluble. Esto ha obligado a continuadas mejoras desde 1986, que en los últimos años se han visto interrumpidas por la ocupación de la presa por parte de Estado Islámico, que interrumpió todos los trabajos paliativos.
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