España ha perdido el 20% de su agua en los últimos 25 años
España ha perdido una media del 20% de su agua dulce en los últimos 20 años y, de no revertir los efectos del cambio climático, en 2021 este porcentaje habrá subido a un 25%, es decir, un cuarto de la cantidad disponible en 1990. Además, las inundaciones y las sequías aumentarán en los próximos años por la mismas razones. Estas son las conclusiones principales de los informes Los efectos del cambio climático en España y Los efectos del cambio climático sobre el riesgo de inundaciones en España, ambos realizados por la organización española Ecologistas en Acción y presentados este jueves en París en el marco de la Cumbre del Clima que se celebra en la capital francesa hasta el 12 de diciembre.
El primer estudio analiza la evolución de los recursos hídricos desde hace 50 años hasta ahora y prevé el comportamiento de los mismos si se sigue la tendencia actual. Las conclusiones extraídas se han obtenido utilizando datos reales basados en mediciones procedentes de las estaciones de aforo de diversos ríos y se han comparado con los que se manejaban hace 50 años. La Ong advierte que no son predicciones, sino datos reales que reflejan una situación que ya está ocurriendo.
La evolución de los recursos hídricos disponibles son “preocupantes”, ha asegurado durante la presentación del trabajo Santiago Martín Barajas, responsable de Aguas de Ecologistas en Acción. “Hay que tener en cuenta que el 20% que manejamos es la reduccion media de todo el país, pero en áreas como la cuenca mediterránea se ha perdido hasta un 40%”, ha alertado.
Las razones que han llevado a esta situación son dos: la reducción de las precipitaciones y la subida de las temperaturas. España, además, es un país en el que el 80% del agua que se consume es en los cultivos de regadío. Al mismo tiempo, la demanda de consumo de recursos hídricos sigue creciendo según los planes hidrológicos recientemente aprobados por el Gobierno; estos estiman una subida del 10% debido, fundamentalmente, a un aumento de las superficies de regadío. “Si la cantidad de agua baja y el consumo sube, habrá un colapso hídrico”, ha aseverado Martín Barajas. La solución para recuperar el equilibrio pasa, según el informe, por reducir superficies de regadío de los cuatro millones de hectáreas actuales a tres millones.
En la cuenca mediterránea se ha perdido hasta un 40% de agua
Santiago Martín Barajas, responsable de Agua de Ecologistas en Acción
Esta es una de las consecuencias visibles de la llegada del cambio climático a España, cuyas consecuencias a nivel social, medioambiental y económico serán gravísimas. De no revertirse, “nos pondrán al otro lado del Estrecho de Gibraltar”, según ha afirmado el responsable de Agua de la organización.
Otra de las señales que indican la pobreza hídrica a la que se aproxima el país es el fallido trasvase del Ebro. Martín Barajas ha explicado que después de que el anterior Gobierno tumbara ese plan, que preveía reconducir agua del Ebro hacia la cuenca del Segura, con un alto déficit hídrico, el siguiente Ejecutivo que tomó el poder no recuperó sus planes iniciales porque ya no había agua para trasvasar. “Ya no se puede hacer porque ya no hay agua suficiente para hacerlo”, ha indicado.
Más inundaciones y sequías
Las inundaciones y las sequías aumentarán en España por la misma razón por las que nos quedamos sin agua, según el segundo informe que Ecologistas en Acción ha presentado este jueves en París: el cambio climático. Julia Martínez, autora del estudio y encargada de presentarlo en París, ha advertido que el litoral mediterráneo, las islas Canarias y País Vasco son las regiones que corren más riesgo de sufrir estos fenómenos climatológicos extremos y que las inundaciones van a ser cada vez más frecuentes en Europa y sobre todo en el sur del continente hasta el punto de que su incidencia podría aumentar un 70% a finales de siglo.
“En los últimos años hemos visto un aumento de este fenómeno, de los daños económicos y de la pérdida de vidas humanas con la misma cantidad de lluvia”, ha señalado la experta. El motivo es la mala gestión del territorio de tres maneras: una es el incremento de la superficie impermeabilizada por desarrollos urbanísticos, que provoca que, con las mismas precipitaciones, la frecuencia y la gravedad de estos espisodios aumente. El segundo motivo es que las zonas inundables están cada vez más ocupadas por edificios y otros asentamientos humanos. El tercero es que infraestructuras como carreteras y taludes cortan y desorganizan las redes de drenaje natural, de manera que los flujos del agua se alteran y afectan a nuevos espacios que antes estaban fuera de peligro.
La respuesta de la Administración a este problema no está siendo satisfactoria, a juicio de la experta, pues no se están poniendo en marcha verdaderas estrategias de adaptación frente al incremento de los riesgos. “Están aportando falsas soluciones como la construcción de presas y de encauzamientos”, ha criticado. Según el estudio, estas infraestructuras no sirven y crean una sensación de seguridad ficticia, y recuerda que la Directiva Europea de Inundaciones aprobada en 2007 establece que las inundaciones no se pueden evitar pero sí minimizar sus efectos.
La solución pasa, según la Ong, por aprender a adaptarnos a este fenómeno y así prevenir y minimizar sus efectos, por gestionar adecuadamente territorios fluviales y, desde un punto de vista más global, por conseguir que la temperatura media del planeta no aumente mas de un grado y medio, algo que se está negociando durante esta Cumbre del Clima. Las consecuencias de no lograrlo serían “devastadoras”, ha calificado Martín Barajas. “Es vital arrancar un acuerdo fuerte”.
Fuente: http://elpais.com/