¿Es posible calcular el valor del agua en toda su dimensión?
La contabilidad nacional recoge más el consumo, los usos y la relación de los recursos hídricos con los sectores productivos. Pero los parámetros ambientales, sociales, recreativos y culturales se relegan a un segundo plano y son claves.
El agua es vital para el desarrollo económico de un país. Su disponibilidad o carencia puede generar riqueza o pobreza. Sin embargo, su peso en el PIB y su valor en la contabilidad nacional no se computa aún en España en su totalidad. Es decir, la estadística excluye por lo general su dimensión ambiental, económica, social y recreativa al enfocarse más en su vínculo con los sectores productivos, usos y consumo doméstico y empresarial. Pero ¿por qué es relevante hacer este ejercicio?
En el Día Mundial del Agua, que se celebra este lunes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha puesto el foco en su significado, que va más allá del precio: “Su valor es enorme y complejo para los hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad del entorno natural. Si pasamos por alto alguno de ellos, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible”, arguyen. Y más en España, con siete de las diez cuencas europeas con mayor nivel de estrés hídrico, según la Agencia Europea del Medio Ambiente.
Manuel Pulido, director del Instituto Universitario de Ingeniería del Agua y del Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), afirma que, tradicionalmente, se ha tendido a valorarse como un simple recurso productivo, relegando al olvido parámetros ambientales y sociales. “Por ello, el PIB no puede capturar nunca su dimensión completa, que incluye no solo indicadores de uso (futuros, de opción) y productivos y no productivos, sino también de no uso (como la disposición de europeos de pagar por el buen estado del Amazonas)”.