El SARS CoV-2 y las aguas residuales
La importancia de estas aguas reside en la cantidad de información que pueden arrojar sobre la propagación del virus, y su análisis se ha convertido en una forma de rastreo de la Covid-19
El estudio de las aguas residuales se ha convertido en una herramienta clave para los investigadores en la predicción de nuevos brotes y en la detección de nuevas variantes del virus gracias a su capacidad de ofrecer datos que puedan establecer tendencias entre la población para la detección temprana de nuevos repuntes.
Tanto es así que, antes de que se registraran los primeros casos de pacientes infectados en Holanda, los científicos del Instituto de Investigación del Agua KWR ya habían detectado rastros de coronavirus en aguas fecales durante los primeros días de marzo, y se convirtieron en los primeros investigadores en publicar datos sobre este hecho. A estos estudios les siguieron otros desde Australia y España. La monitorización del SARS-CoV-2 en aguas residuales pasó a otros países como China, Estados Unidos o Suecia como herramienta de seguimiento y sistema de vigilancia epidemiológica.