El regadío, motor que alimenta al mundo
El escenario futuro de crecimiento de la población mundial y la premisa irrefutable de que el agua es un bien limitado reaviva hoy más que nunca el debate sobre cómo garantizar un abastecimiento de alimentos seguros y de calidad con la máxima sostenibilidad, sin agotar el recurso. Y, para lograr este objetivo, la planificación hidrológica es una herramienta esencial.
A estas alturas, ya nadie duda de la aportación del sector del regadío en España, como gran protagonista en la cadena agroalimentaria, ya que produce mucho más que el secano y es capital para garantizar la producción y el abastecimiento seguro de alimentos. Pero esta aportación no solo es clave en nuestro país, sino que sus efectos se extienden a todo el mundo y los datos de comercio exterior, así como la actualidad, lo confirman.
La última ola de frío que hemos sufrido en Europa, por citar un ejemplo cercano, ha permitido a España protagonizar un boom exportador, con un incremento del 13,2% en las ventas agroalimentarias, según el último informe mensual de Comercio Exterior que elabora el MINCOTUR.
Y no se nos puede escapar que, si el precio de la luz o la crisis energética en un escenario tan convulso como el actual es un problema de primer orden, una previsible falta de agua destinada al regadío debería preocuparnos en igual o mayor medida. También en lo relativo al abastecimiento, a la necesidad de una producción agroalimentaria segura.
UNA PUBLICACION DE: Andrés del Campo