fugas-agua

El Cabildo de Tenerife destina 2,5 millones a reducir las fugas de agua en redes municipales

el dia

La Institución instalará cien contadores en los depósitos para mejorar la eficiencia de las infraestructuras hidráulicas de los doce ayuntamientos que gestionan este servicio

El Cabildo de Tenerife se ha propuesto acabar con las fugas de agua en las redes de abasto de los municipios. El consejero insular de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez, ya ha dado la voz de alarma ante un problema en la eficiencia de las infraestructuras hidráulicas de la Isla, que ocasionan que en un territorio con un déficit importante de este recurso, se pueda llegar a perder hasta un 60% del agua que entra en la red. Por eso, la Institución insular pondrá en marcha un plan para tratar de paliar esta situación, en el que una de las principales actuaciones será la instalación de cien contadores en los depósitos de agua de los doce municipios que gestionan de forma directa este servicio. Una medida en la que el Consejo Insular de Aguas invertirá 2,5 millones de euros.

Este organismo público ha realizado un arduo trabajo durante los últimos meses para detectar cuáles son los motivos de la fugas de agua en las redes de abasto de los ayuntamientos que se encargan de este servicio en la Isla porque no ha sido sacado a concesión. En concreto, los municipios que experimentan esta situación son Vilaflor, Fasnia, El Rosario, El Tanque, Los Silos, Garachico, San Juan de la Rambla, Buenavista del Norte, La Guancha, La Matanza, La Victoria y Santa Úrsula, localidades en las que “nos dimos cuenta de que se pierde una cantidad muy elevada de agua”, afirmó Rodríguez.

Las causas que hacen que se desperdicie una buena parte de este recurso se encuentran a lo largo de la red de tuberías, pero también en los depósitos municipales. “La situación que nos hemos encontrado en ellos es bastante precaria”, señala el consejero, que añade que los contadores que están instalados actualmente “no funcionaban o estaban mal regulados y calibrados”.

Leer más – El Día