El Cabildo concluye la fase previa a la planificación hidrológica 2021-2027
El documento se inició en 2018 y será sometido ahora a la aprobación del Consejo Insular de Aguas
El siguiente paso del proceso será la redacción del Plan Hidrológico de Tenerife
El Cabildo de Tenerife ha concluido los trabajos previos para realizar la planificación hidrológica de la Isla durante el período 2021-2027. El plan hidrológico del tercer ciclo que constituirá esa planificación hidrológica se inició en 2018 con la elaboración y aprobación de los documentos iniciales. Dichos documentos divulgados el año pasado pusieron de relieve la situación actual en relación al sector hidrológico.
El presidente del Cabildo, Carlos Alonso, señala que “hemos avanzado los documentos para realizar la planificación de los recursos hídricos para los próximos años, de tal forma que se pueda cumplir con la directiva marco y atender a las prioridades que se han definido en cuatro grandes áreas relacionadas con los objetivos ambientales, seguridad, racionalidad del uso y conocimiento.
Por su parte, el consejero de Aguas, Antolín Bueno, explica que hay una docena de objetivos importantes que se deben cumplir en los próximos años y que para ello es fundamental poder avanzar en la redacción del plan para 2021-2027. Una vez aprobado el documento por el Consejo Insular de Aguas, se procederá a la redacción del mencionado plan en su fase inicial.
La planificación hidrológica exige que a partir de los documentos iniciales se desarrolle el llamado Esquema provisional de temas importantes, que constituye la primera etapa en la elaboración del Plan Hidrológico, previa a la redacción del proyecto del plan propiamente dicho. Este documento fue sometido a exposición pública durante seis meses y se llevó a cabo tras una “exhaustiva identificación y análisis de los temas importantes” de la demarcación hidrográfica de Tenerife. Por ello se elaboró una relación señalando de una manera ordenada todas las cuestiones que dificultaban la consecución de los objetivos de la planificación hidrológica, identificándose cuatro categorías: cumplimiento de los objetivos ambientales, atención de las demandas y racionalidad del uso, seguridad frente a fenómenos meteorológicos extremos, y conocimiento y gobernanza.