La humanidad había estimado que cerca de 24 millones de kilómetros cúbicos de agua se esconden a una profundidad inferior a dos kilómetros de la superficie terrestre. No obstante, también conoce que esas no son las únicas reservas de aguas subterráneas y que, pasando ese umbral de profundidad, se pueden llegar a descubrir depósitos 35 veces más grandes que la reserva hídrica española.
Si bien estas reservas no se pueden utilizar para beber o para regar nuestros campos, debido a su alto nivel de salinidad, se necesitan estimaciones precisas del volumen y la conectividad de las aguas subterráneas profundas para planificar de manera segura otras actividades subterráneas, como la producción de hidrógeno, el almacenamiento de desechos nucleares y el secuestro de carbono.
Por este motivo, un grupo de investigadores decidió estimar el volumen de agua subterránea total a través de la capacidad de almacenamiento de distintas rocas. Las estimaciones anteriores de aguas subterráneas profundas entre dos y 10 kilómetros solo se enfocaban en rocas cristalinas con baja porosidad, como el granito.
El nuevo estudio agregó el volumen de rocas sedimentarias enterradas, que son más porosas que las cristalinas, y que estimaron que podían almacenar alrededor de ocho millones de kilómetros cúbicos. Eso es aproximadamente 339 veces el volumen del lago Baikal, uno de los lagos más grandes de nuestro planeta.
En total, los investigadores señalan que hay alrededor de 20 millones de kilómetros cúbicos de agua subterránea profunda, por lo que, en combinación con estimaciones anteriores de aguas subterráneas menos profundas, las aguas subterráneas suman 44 millones de kilómetros cúbicos. Esto significa que los acuíferos se presentan como la mayor reserva de agua del mundo, superando a la capacidad de las capas de hielo de la Tierra.
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