El agua, insustituible
Un artículo de Xavi Duran Ramírez
Ya llevamos más de un mes de confinamiento en nuestros hogares y la apatía se ha convertido en nuestra peor enemiga. Cuesta activarse y hacer cosas en espacios de pocos metros cuadrados y cuando convives con más de una persona. En estos 30 días estamos viendo todo tipo de iniciativas para hacer más llevadero el encierro en nuestros hogares y para intentar mantener unas rutinas para alejar la apatía y la vida sedentaria.
Para aquellos que les encanta el deporte hay varias actividades que se pueden hacer, desde clases de baile, pilates hasta juegos para disfrutar con la familia. Incluso puedes correr por tu casa, aunque sea sin moverse ni un metro del mismo sitio, algo que he comprobado personalmente y que agota, incluso más que correr en el gimnasio o en algún lugar del campo.
También para los amantes de la música y de la cultura se puede disfrutar a través de las redes de conciertos y visitas virtuales por algunos de los museos más prestigiosos del mundo. Y para aquellos que les encanta conversar con sus amigos se dispone de aplicaciones para hacer videoconferencias con las personas que quieras.
En definitiva, aunque no sea lo mismo, la tecnología y las redes sociales nos brindan soluciones a las actividades que solíamos hacer antes del confinamiento provocado por el Covid-19.
¿El agua se puede replicar?
Si muchas de las actividades de nuestra vida cotidiana se pueden hacer en casa, aunque sea con limitaciones, ¿podemos hacer lo mismo con el agua? Todavía no se ha dado el caso que alguien haya conseguido inventar el agua de la nada, creando desde cero la molécula del líquido elemento. Por esta razón, el agua es un elemento esencial, insustituible e incapaz de ser inventado (hasta la fecha).