El agua en Santa Cruz: los embalses
Las primeras presas que se construyeron en Santa Cruz de Tenerife con el fin de aprovechar el agua que en los inviernos corría por el barranco Santos, y luego regar con ella los terrenos existentes en la costa sur de la ciudad, fueron realizadas a partir de 1847 por Julián Robayna, en la angostura conocida como el Salto del Negro; por José de Paz, un poco más arriba del puente Zurita; y por Luis J.Duggi, entre la antigua Casa del Gato y el Charco y Salto de Mejías. La Sociedad Presas del Barranco sobreviviría hasta 1888. En el citado barranco todavía existen restos de ocho presas, aunque inutilizadas porque sus vasos están rellenos de tierra.
Embalse de Tahodio
La obra hidráulica más importante de la Isla de Tenerife fue realizada en 1914 por la Comunidad de Embalse de Tahodio, con el fin de almacenar agua para el riego de las fincas existentes en la Costa Sur de la Ciudad, por lo que también hubo que realizar una atarjea de 14,681 kilómetros de longitud, que llegaba hasta Hoya Fría, ocho acueductos, un túnel de 145 metros de longitud y 33 arquillas de toma.