Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía 2019: construyamos el futuro juntos
Si bien cada 17 de junio se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (#2019WDCD) con el fin de concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos, este 2019 no es un año más. Este año es, además, el 25º aniversario de la adopción de la Convención de Naciones Unidas contra la Desertificación y, por lo tanto, del Día Mundial, que se centra en el futuro bajo el lema “Construyamos el futuro juntos”.
Construyamos el futuro juntos, 25+25 años de progreso
La campaña de este año, de cuya organización se encarga Turquía, gira en torno al lema “Construyamos el futuro juntos“, para poner en relieve los progresos globales en materia de gestión sostenible del suelo y los logros en el combate contra la desertificación y la sequía en el mundo.
Ilustración con motivo del 25º Aniversario del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y Sequía (UNCCD).
Desde su adopción en 1994, la UNCCD ha contribuido al avance de la gestión sostenible de la tierra. Hoy, sus 197 Partes implementan la Convención bajo acciones coordinadas y orientadas a resultados con objetivos claros para recuperar y restaurar las tierras degradadas. El objetivo final es proteger nuestra tierra contra el uso excesivo y la sequía, de manera que pueda continuar brindándonos alimentos, agua y energía a todos.
Y aunque existen evidencias claras de recuperación y restauración de paisajes degradados a través de prácticas de manejo sostenible de la tierra durante estos años como, por ejemplo, las más de cinco millones de hectáreas de tierra degradada en la región del Sahel que se han restaurado a través de una práctica conocida como ‘regeneración natural gestionada por los agricultores’, aún queda mucho por hacer.
Las presiones actuales sobre la tierra son enormes y se espera que sigan creciendo. Casi 170 países continúan siendo afectados por la desertificación, la degradación de la tierra o la sequía. Las amenazas recurrentes y crecientes de incendios forestales, olas de calor, migraciones masivas, inundaciones repentinas, aumento del nivel del mar e inseguridad alimentaria y del agua son más evidentes.