¿Cómo afecta al sector del agua la mayor crisis energética a nivel mundial?
En plena recuperación económica tras la pandemia mundial provocada por la COVID-19, y con un futuro todavía incierto, 2022 se caracterizó por el inicio de una enorme y compleja crisis energética agravada por las restricciones chinas y la invasión rusa de Ucrania. Los precios del gas y del carbón alcanzaron máximos históricos y arrastraron con ellos también a los de la electricidad, que no solo repercute al alza en las facturas energéticas de los hogares, sino que también genera una fuerte presión en los sectores industriales, entre ellos el del agua.
Ya durante la pandemia el sector del agua demostró ser un sector esencial. Su fortaleza, estabilidad y eficacia para adaptarse a situaciones extremas, garantizó la seguridad hídrica de la ciudadanía con el mantenimiento de la calidad del servicio y apoyó a la población más vulnerable a través de diferentes estrategias y mecanismos, pese a una crisis socioeconómica que, sin duda, golpeó con fuerza los cimientos de la sociedad.
Ahora volvemos a estar inmersos en una nueva crisis mundial que pone a prueba la seguridad energética, el papel de la política industrial y la predisposición hacia un cambio enfocado en el Pacto Verde Europeo, en la que el sector del agua vuelve a resistir pese a ser uno de los mayores afectados.