Ciudadanos y Podemos ‘se mojan’ más en las políticas de agua que PP y PSOE
Lo tenían fácil, pero una vez más, el agua juega apenas papel de comparsa en los programas de los partidos políticos tradicionales que concurren a las elecciones del próximo 20-D. Lo tenían fácil, porque Julián Núñez, presidente de Seopan, la patronal de las grandes constructoras, se reunió entre finales de septiembre y principios de noviembre con los responsables de economía de todas las formaciones y les entregó el informe “Áreas prioritarias para una inversión sostenida en infraestructuras”, en el que la consultora ATKearney identifica los ocho sectores en los que debería centrarse el esfuerzo inversor público, empezando por el agua. Descárguese gratis el último número de elEconomista Agua y Medio Ambiente
El informe da preponderancia a la gestión del agua y el saneamiento como gran desafío y constata lo que viene diciendo el sector desde que se desatara la crisis; que España ha invertido en infraestructuras de agua un 56% menos que los países europeos de referencia, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, pese a ser el país de la Unión con mayor superficie bajo estrés hídrico severo.
PP, PSOE e IU no parecen haber recibido el mensaje. Sin embargo, entre las formaciones que concurren por primera vez a unas generales, el tema parece haber calado más. Así, Podemos da mayor protagonismo al agua en sus propuestas.
Vayamos por partes. El programa del PSOE, el partido más ágil en presentarlo, no cita al agua hasta la página 130 de las 272 que tiene el documento. Y lo hace para referirse a los contadores individuales de calefacción y agua caliente, afirmando que “será necesario impulsar la modernización de las redes de distribución, la generalización de contadores inteligentes y los sistemas más avanzados de gestión de los consumos”, claro está no habla de agua, sino de energía.
No obstante, el recurso hídrico tiene un capítulo propio de dos páginas (137 y 138) en el que bajo el título: Agua: fuente de vida y bienestar, clave para la economía, el PSOE apuesta por impulsar las tecnologías de desalación priorizando el uso de energías renovables, facilitar la utilización de agua desalada a precios asequibles, incluido el establecimiento de tarifas sociales, y establecer una política de discriminación positiva en el caso de las personas en riesgo de exclusión social para asegurarles un nivel básico de consumo de agua potable para cubrir sus necesidades esenciales.
Se compromete a “establecer una garantía pública de acceso universal al suministro vital básico, así como un marco de tasas y precios públicos justos. Blindaremos por ley las salvaguardas que impidan la mercantilización de los derechos concesionales, impulsando un gran Pacto Social y Político por el agua que asiente los principios rectores de ésta política: Tutela pública, transparencia, sostenibilidad y participación ciudadana” y a “elaborar un Plan Nacional de Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización que haga absolutamente transparentes todos los escenarios de gestión, especialmente los derechos y deberes emanados de los regímenes concesionales en los que se clarifiquen los principios irrenunciables que garantizan el agua como bien público”. Para los regantes, permitirá la creación de Bancos Públicos de Agua y establecerá un “contrato de temporada flexible” de los regantes con las compañías eléctricas.
Nuevo modelo productivo
Podemos, con un programa más breve y directo -consta de 92 páginas-, comienza a referirse al agua entre sus 32 medidas hacia un nuevo modelo productivo. En la octava propone: “Reorientar la inversión en infraestructuras públicas relacionadas con la construcción residencial y el transporte por carretera hacia infraestructuras productivas y tecnológicas que posibiliten la transición hacia el nuevo modelo productivo -infraestructuras energéticas y de transporte colectivo-, pero también de telecomunicaciones y suministro de agua, entre otras”. Y en la 19: “Impulso y desarrollo de infraestructuras verdes” -redes de transporte colectivo, transporte ferroviario, eficiencia en el uso del agua, reforestación, etc-.
En el capítulo de Vivienda afirma: “Se impedirán los cortes de suministro básicos de agua, luz y gas de las personas y unidades familiares en situación de vulnerabilidad”. Pero es en su punto 91 en el que marca la diferencia: “Considerar el agua como un bien común, por lo que es necesario que la toma de decisiones respecto a su gestión y distribución debe ser participada. Elaborar una Nueva Ley de Aguas, en línea con la Directiva del Marco del Agua que, garantice el acceso a un agua de calidad como un Derecho, conserve los caudales ecológicos y el buen estado de los ríos, acuíferos y otras masas de agua. Democratizar los organismos de cuenca, incorporando los sectores hasta ahora excluidos de los órganos de gestión y decisión de los mismos, como los colectivos de defensa del uso sostenible del agua y la conservación de los ríos. Revisión de los Planes Hidrológicos para garantizar su plena coherencia con la Directiva Marco del Agua, para que resulten más eficaces a la hora de alcanzar y mantener el Buen Estado Ecológico. Prevención de inundaciones, garantizando una correcta gestión de los territorios fluviales y sus zonas inundables, de acuerdo con la directiva europea de gestión del riesgo de inundaciones·”.
Y aún concreta más en su punto 107: “Revisión de los proyectos de construcción de grandes infraestructuras hidráulicas -presas y trasvases- y desarrollo de sistemas alternativos de abastecimiento para momentos de escasez. En las cuencas beneficiarias de esos trasvases, la gestión de la demanda agraria, urbana e industrial, y la optimización de los recursos no convencionales -reutilización de aguas residuales y desalación marina constituyen piezas clave en esa transición hacia horizontes más sostenibles. Puesta en marcha de un ambicioso programa de inversiones públicas para dotar a todas las poblaciones de sistemas de tratamiento de aguas residuales, en cumplimiento de las obligaciones de la Directiva 91/271 de Aguas Residuales, evitando las sanciones de la Unión Europea derivados de la dejación de funciones de los gobiernos anteriores”.
Las propuestas de Podemos se detallan aún más en sus medidas por Comunidades Autónomas y así, su primera medida para Madrid es la revisión del Plan Hidrológico de la demarcación hidrográfica del Tajo correspondiente al proceso de planificación 2015-2021 y el análisis de las posibles consecuencias del rechazo a su aprobación. Y en Andalucía rompe a favor de la construcción de un segunda presa en el pantano de la Concepción para abastecer a una población que supera las 800.000 personas en época estival.
Ni el PP, ni IU, ni Ciudadanos han presentado a 27 de noviembre su programa electoral y, con la excepción de Albert Rivera, sus candidatos no han adelantado sus ideas respecto a sus propuestas en materia de agua. Fuera de programa y en una visita a Murcia, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, se ha comprometido a trabajar en una “mejora estructural” de los precios del agua desalada.
El líder de Ciudadanos sí que ha anunciado en diversos foros que en su programa electoral planteará un Plan Hidrológico Nacional racional y de consenso, “que deje claro que el agua es de todos y para todos”. El PHN de Ciudadanos quiere atender más a criterios técnicos que políticos -“escuchar a los técnicos y no sólo a alcaldes y diputados”-, siguiendo la tónica de los países más avanzados de nuestro entorno, en el que impere el sentido común.
Un Plan que tendrá en cuenta el medio ambiente y cuidará de limitar al mínimo la intervención en los ríos y entornos naturales, garantizando los caudales ecológicos de los ríos, pero asegurando a su vez que el suministro de agua esté garantizado y llegue a todas las regiones de España. Para conseguirlo, si alcanza la Moncloa, Ciudadanos se propone hablar con los responsables de todas las comunidades autónomas, evitando así los enfrentamientos y conflictos, y, sin tirarse “los trastos a la cabeza”, alcanzar un pacto nacional que promueva un reparto razonable y justo de “un bien tan preciado como es el agua, que es de todos y para todos”.
Fuente: http://www.eleconomista.es/