Si apenas llueve, ¿por qué siempre hay agua en el grifo?
La sequía que asuela los campos del levante español no cede. Los embalses de la Comunidad Valenciana registraban a finales de julio una media de agua levemente superior al 26% de su capacidad, 640 hectómetros cúbicos respecto a los cerca de 2.500 máximos, ocho puntos porcentuales menos que el año pasado y más de 11 puntos por debajo de la media de los últimos 10 años.
Las pérdidas en el campo solo se salvan gracias a la contratación de seguros agrarios. Entonces, ¿por qué sigue saliendo agua de nuestros grifos? ¿Cómo pueden localidades turísticas como Benidorm, Cullera o Torrevieja, que multiplican su población durante los meses estivales garantizar el suministro a los miles de usuarios que disparan el consumo, no solo ajenos, sino encantados por la total falta de lluvia? La explicación surge desde la necesidad y la conciencia de la escasez, que ha llevado a los municipios y las empresas que gestionan el suministro a adoptar medidas que favorezcan el ahorro y mejoren la eficacia de la red.
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