Agua y emigración en África
El agua es un bien esencial para la vida y es un bien común, pero es finito y escaso en el 65% del territorio africano. El aumento de la contaminación hídrica, el continuo aumento del consumo, el fuerte crecimiento de la población africana, el cambio climático, la venta de tierras a las multinacionales hacen que la situación de la población africana empeore día a día.
África tiene una población de unos 900 millones de habitantes, de los que unos 300 millones no tienen posibilidad de acceder al agua potable. En muchos lugares africanos hay que invertir más de una hora diaria en la búsqueda de agua para llevarla a la casa. Esta situación produce que 115 africanos mueran cada hora, a través de enfermedades relacionadas con el saneamiento del agua, provocado por la contaminación que padece el continente.
El proceso de desertización está siendo muy intenso en amplias zonas del continente, como consecuencia del cambio climático, pero todavía más por la actuación irresponsable del hombre sobre el medio ambiente. A la esquilmación de los grandes recursos naturales africanos (oro, coltán, cobre, petróleo, gas…) por parte de las multinacionales occidentales y chinas, debemos añadir que no cuidan lo más mínimo el territorio, pues su único objetivo es maximizar sus beneficios.
Estamos asistiendo en África a grandes desastres hídricos como el del lago Chad. Ya ha desaparecido más de la mitad de su extensión de agua, del que depende la vida de más de treinta millones de personas. Debido a que sus condiciones de vida serán imposibles, su única alternativa será emigrar.
Otro desastre es el del río Níger, que se encuentra muy contaminado en todo su recorrido, por lo que hay grandes dificultades para vivir en sus riberas, esto sucede en países como Malí, Níger y Nigeria. Su gran delta situada en Nigeria, presenta unos niveles de contaminación insoportables ya no sólo por la contaminación, que trae el río cauce arriba, sino por los grandes vertidos de las multinacionales petroleras norteamericanas y europeas.
El lago Tana en Etiopia lleva camino también de convertirse en un nuevo desastre ecológico, como ya sucede en el lago Chad, donde el hombre sólo mira por el presente económico, sin darse cuenta que nuestro planeta debe durarnos para muchas más generaciones y no sólo para la nuestra.
El río Nilo es fuente permanente de conflicto entre los muchos países que atraviesa, siendo vital para la vida de estos. Asistiremos en el futuro a grandes tensiones como ya ha sucedido en el pasado, pues su caudal disminuye y la población de sus orillas crece exponencialmente.
Todos estamos viendo y viviendo con gran consternación el problema generado en Libia con la intervención de la OTAN, dejando el país envuelto en un caos. Lo que nadie cuenta, que uno de los motivos de dicha intervención era el control del agua ya que Gadaffi estaba empleando el acuífero del Sahara y había invertido en la construcción de trasvases más de 40.000 millones de dólares para el desarrollo del país.
Namibia y Botswana estuvieron al borde de la guerra por el suministro de agua del acuífero Karoo, sobre todo cuando Namibia intentaba cambiar el cauce del río Okavongo, dada la escasez permanente que tiene el país.
En Sudáfrica, en la provincia de Kwazuli Natal se produce la privatización del agua y está en el origen de una gran epidemia de cólera, dada la mala calidad de agua que da el servicio privatizado. En Soweto, la privatización del agua, está provocando la máxima pobreza hídrica de millones de personas que no pueden pagar el agua potable del grifo.
La privatización del agua en África, fue favorecido y potenciado por los organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, que veta el dinero a estos países para proyectos de desarrollo, si no privatizan sus sistemas públicos de agua, llegando a situaciones tan escandalosas como la que se da en Kenia, donde un litro de agua potable de grifo sale más cara, que un litro de gasolina.
Estos organismos que deberían ser fuentes de progreso en los países pobres, muchas veces vemos que lo único que traen es expolio y muerte a estos pueblos.
El uso humano de aguas contaminadas se revela en África como uno de los mejores aliados en la expansión de la pandemia del SIDA, pues debilita los cuerpos y contribuye a quebrar la inicial y precaria inmunidad de estos enfermos.
Actualmente estamos asistiendo a una nueva colonización de África por parte de multinacionales y de países como Arabia Saudí, China, India… que están comprando tierras africanas para asegurarse la alimentación de sus pueblos, sin considerar la vida de las poblaciones nativas y de su futuro. Actualmente ya más del 5% de las tierras agrarias de África es decir, unas sesenta millones de hectáreas ya están en manos extranjeras, y se sigue comprando con intensidad. Estamos viviendo muchísimos problemas con estas ventas de tierras por parte de los Estados a las multinacionales en países como Kenia, Madagascar, Etiopia.
Muchos de los conflictos, que son noticias en África, nos son presentados como problemas étnicos entre tribus, cuando en realidad son problemas por el agua, que crean grandes migraciones interiores y frecuentemente muchas muertes.
Como vemos, la situación en África es explosiva y ya está provocando migraciones forzadas buscando una vida con un mejor futuro, esto solo es el inicio. Europa es vista como lugar idílico para una vida mejor de muchos millones de africanos.
Estas denominadas guerras del agua son ya una preocupación en los organismos internacionales y sólo es el comienzo porque la situación lleva camino de empeorar por todo lo que hemos visto. A lo largo de este siglo XXI, veremos cómo se va a producir un cambio en los motivos de las guerras, pues hasta ahora se lucha por el dominio del oro negro, petróleo y gas y ahora asistiremos a la lucha por el oro azul, el agua.
África se está ya convirtiendo lamentablemente en la principal víctima de este proceso que acabará por disparar la inestabilidad en el continente y el aumento de la emigración en busca de un mundo mejor. Su mundo mejor está en Europa, por modelo de vida y sobre todo por cercanía.
Si el modelo neoliberal no cambia y se busca un mundo más justo y equilibrado asistiremos pues a grandes emigraciones en busca de una mejor vida y una mayor seguridad y asistiremos a sociedades multiculturales y multiétnicas.
Está claro, que la alarma se ha encendido en Europa. Si usted viviera como lo hacen estos millones de africanos ¿No intentaría buscarse una vida digna y segura? ¿No haríamos lo mismo? La memoria histórica es frágil y olvidadiza cuando tenemos garantizada una buena vida. Nunca debemos olvidar a los millones de españoles, que emigraron a Europa y América en busca de lo mismo que ahora quieren los africanos. Reflexionemos y seamos solidarios.
Fuente: http://www.nuevatribuna.es/