Agua que sí has de beber
Cuando en 1979 cinco estudiantes de Cambridge resucitaron una extinta revista de finales del Siglo XIX, pocos podrían prever que con el tiempo se convertiría en una de las más prestigiosas publicaciones literarias, altavoz de los más consagrados, y escaparate del talento incipiente. La revista Granta, que se publica en formato libro dos veces al año, presentó ayer en la Academia de la Lengua su cuarto número en español, un número enteramente dedicado al agua, y a “lo que significa para un pensador, para un poeta, desde las reminiscencias de su infancia hasta el impacto en su obra”, en palabras de su editora en España, Valerie Miles.
“Cuando veo que malgasto agua, me viene a la mente una imagen clara y aterradora de mi bisnieta, a quien nunca llegaré a conocer”, escribe el irlandés John Banville en el número. “Al cabo de los días el paso de las aguas, que no es ritmo sino cadencia, se había apoderado de mi propio latir”, recuerda Chantal Maillard sobre la etapa de su vida que vivió junto al río Ganges. Claudio Magris, Lydia Davis, Lazlo Krasznahorkai o Ida Vitale son otros de los autores que participan en el número con textos largos, y otros tantos, como José María Merino, Marta Sanz o Lina Meruane, participan en la sección Meandros, en la que los autores apuntan sus experiencias estéticas, trascendentales o iniciáticas alrededor del agua.
“Esta mañana no salía agua del grifo”, recordó Ángel Simón, presidente de la Fundación Aquae, que así comenzaba la última novela del recientemente fallecido Umberto Eco. “Afortunadamente eso es una rareza, y desde instituciones como la nuestra procuramos que siga siendo así”, apuntó Simón, cuya fundación ha patrocinado este número de la publicación editada por Galaxia Gutenberg. “Pero para 1.000 millones de personas es justo lo contrario, lo raro es que haya agua en el grifo. Y eso es algo que no podemos olvidar”.
El acto fue también presentado por la poeta Olvido García Valdés, premio nacional de poesía 2007, que glosó la importancia que ha tenido el personaje del agua como sujeto poético, y por el poeta y exministro de Cultura César Antonio Molina, que a través del río de su infancia, el gallego Eume, hizo un ejercicio de hermanamiento de todos los ríos de la literatura.
También leyeron fragmentos del número Aurelio Major, Nuria Amat, Pablo Raphael y Basilio Baltasar. Laura García Lorca leyó una carta inédita de su tío Federico en la que meditaba sobre escribir un posible poema en torno a la importancia capital del agua: “La Alhambra vista como el panteón del agua. Si yo fuese un gran poeta, quizá me hallase ante mi gran poema”. Un poema que nunca escribió.
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