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El agua como principio: la importancia de una buena gestión de las aguas subterráneas

El primer filósofo griego en hablar del agua fue Tales de Mileto, quien la consideraba como el origen de todas las cosas. Concretamente, estaba convencido de que había un Principio (arkhe o arjé) de lo que todo estaba hecho, y este miembro de los siete Sabios pensó que ese principio no podía ser otra cosa que el agua.

Ahora bien, estamos acostumbrados a pensar solo en el agua superficial, pero una gran cantidad de agua se encuentra almacenada en acuíferos, terrenos rocosos permeables localizados bajo la superficie por donde circula el agua. Esto es lo que se conoce como agua subterránea.

Según un estudio publicado en la revista Nature Geoscience, la importancia del agua subterránea es crucial. El informe estima que los recursos hídricos subterráneos pueden abarcar hasta un volumen total de 23 millones de kilómetros cúbicos y representan el 1,69% de la totalidad de agua en la tierra. Para hacernos una idea, esta cantidad es suficiente para aumentar el nivel del mar en 50 metros y abastecer a una tercera parte de la población mundial.

El reto

El agua subterránea es parte esencial del ciclo hidrológico, pero de compleja gestión por su sensibilidad a la contaminación y a la sobreexplotación

En años de escasas lluvias, las fuentes de agua superficiales se resienten y, por ello, se hace un mayor aprovechamiento del agua subterránea. A veces esta necesidad extraordinaria desemboca en un descenso preocupante en el nivel de los acuíferos.

Bien conocido es este escenario para los vecinos y las empresas agrícolas y ganaderas de la comarca de Valdejalón, Zaragoza (Aragón), cuyos acuíferos se encuentran sobreexplotados al retirar un volumen superior a su recarga natural.

Ante esta situación, la respuesta de las empresas dedicadas al regadío y la agroindustria de la zona es profundizar anualmente los sondeos. Pero este tipo de actuaciones, muy extendidas, no solo acarrean en costes vinculados a las obras y tareas de perforación, sino también en un mayor consumo energético para extraer el agua, sin que por ello se garantice el suministro.

La solución

En contraposición a este modelo, existen alternativas mucho más eficientes para la gestión optimizada de sondeos y activos de captación de agua subterránea. Y es que tan importante o más que las fases de ejecución de un sondeo­, lo es su mantenimiento y operación.

 

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