Agua para las papas a falta de un mes para que comience el invierno
La tercera previsión de fuertes lluvias en el mes ‘hizo aguas’ | Las precipitaciones se centraron en el mediodía en La Laguna, Anaga y la comarca norte de Tenerife
La sal y su cultivo combinan los cuatro elementos fundamentales de la antigua alquimia para la obtención del oro blanco que es la sal marina de Canarias, y basada en la Teoría griega de la Tetrasomía de las modalidades de la materia: el agua, la tierra, el aire y el fuego.
El agua, suministrada por el mar que riega, baña y salpica todas y cada una de nuestras salinas; la tierra representada por el barro y tajo sencillo o compuesto con que se mantienen impermeables las láminas de agua en los cocederos o evaporados; el aire que sopla en forma de vientos suaves, cálidos, templados, moderados o no, y el fuego que emana del sol y que al evaporar el agua hace cristalizar a los 25º ese tesoro níveo que es la sal.
En las Islas Canarias se sabe que los aborígenes ya recolectaban la sal de las charcas, cultivando la misma y salando con ella la carne y el pescado. Con el paso de los siglos y gracias a los primeros gaditanos y portugueses que arribaron a nuestras costas, se inicia la construcción de salinas tal y como las conocemos hoy en día para obtener este producto de gran valor como conservante y en la alimentación.
Más frío que agua. Es el resumen del día de ayer, cuando el Gobierno de Canarias había declarado la alerta en Tenerife por fenómeno meteorológico adverso en costas y viento, lo que justificó que los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna activaran sus respectivos planes municipales de emergencia y se suspendiera, incluso, el encendido oficial de la iluminación navideña en la capital, prevista para la tarde de ayer.