Inversión privada
En 1930, Tenerife contaba con escasos 100 kms en perforaciones que buscaban el agua adrentándose en el subsuelo, capaces de aportar unos 600 l/s.
Entre ese año y 1950, la perforación de galerías fue en aumento hasta que al final de dicho período ya se habían perforado algo más de 550 kms que alumbraban un caudal total en torno a 2.400 l/s
Coincidiendo con el auge de la actividad agrícola, potenciada por su orientación exportadora, a partir del año 1950 se intensifica la actividad minera en búsqueda del agua subterránea, haciendo que en tan solo 20 años, hasta 1970, se perforara una longitud similar a la hecha hasta esa fecha. En dicho año se superaban levemente los 1.200 kms perforados que aportaban al consumo insular algo más de 6.000 l/s
En los últimos 30 años del siglo XX, la actividad de perforación de galerías continuó hasta alcanzar un total de 1.650 kms. Las galerías situadas a cotas más altas fueron perdiendo parte del caudal alumbrado por efecto del drenaje de los acuíferos, siendo este período en el que más profusamente se ejecutan la mayor parte de los 500 pozos con que cuenta la Isla actualmente y que son fuente de aprovechamiento de los acuíferos costeros.
Entre las inversiones asumidas por la iniciativa privada, merece también especial mención la extensa red de canales y acequias, esenciales para el trasvase de caudales entre zonas. En la Isla esta red se extiende en unos 4.000 kilómetros de longitud total, ejecutados a diferentes cotas de nivel y con interconexiones entre ellos en muchos casos, siendo elementos esenciales del dinamismo de los mercados de agua.